
Victoria Kjær Theilvig, de 21 años, se convirtió el 16 de noviembre de 2024 en la primera mujer de Dinamarca en ganar Miss Universo, coronándose en la Arena Ciudad de México y marcando un hito para su país.
Aunque muchos la conocieron esa noche, Victoria ya tenía un perfil multifacético: bailarina profesional, modelo, graduada en Negocios y Mercadotecnia, estudiante de neurociencia en la Universidad de Copenhague y violinista con más de 12 años de formación y presentaciones en ciudades de toda Europa.
Su coronación con “La Luz del Infinito”, una pieza de oro adornada con diamantes y 23 perlas doradas, no solo le otorgó el título, sino también un paquete de beneficios que redefinió su día a día. Entre ellos se incluyeron:
Con esta nueva plataforma, Victoria ha impulsado proyectos sociales mientras recorre el mundo. Ha visitado países como México, Guatemala, Ecuador, Panamá y Estados Unidos, cumpliendo su agenda oficial como Miss Universo. Durante estos viajes ha sostenido reuniones con figuras clave, como el presidente dominicano Luis Abinader y la presidenta hondureña Xiomara Castro, para dialogar sobre temas sociales.
A pesar de la creciente exposición y los elogios, la joven reconoce que la atención también trae críticas. “Conecté mucho con la gente. Ellos me ayudaron a ser mi mejor versión. Claro que los haters siempre existen, pero prefiero enfocarme en quienes realmente construyen”, comentó recientemente.
Uno de sus principales enfoques ha sido la salud mental, un tema que aborda en sus redes para promover entornos donde los jóvenes reciban apoyo frente a la ansiedad y la depresión. También apoya iniciativas ambientales vinculadas al consumo responsable.
“Mi vida dio un giro completo. Ahora tengo una voz más fuerte y viajo por el mundo conociendo personas extraordinarias”, dijo en una entrevista con La Mordida de Telemetro.

Aun así, su triunfo generó debate en Dinamarca. “Es un país muy conservador. La mitad estaba feliz y la otra mitad cuestionaba: ‘¿para qué sirve un concurso de belleza?’”. Sin embargo, asegura que su trabajo es la respuesta: “Con 21 años me estoy reuniendo con presidentes, primeros ministros y haciendo labor social… cosas que muchos críticos nunca han hecho”.
Pese a las opiniones divididas, Victoria no se arrepiente: “Este rol es un reto real, pero vale la pena. Vivo cada instante intensamente y un simple ‘gracias’ nunca será suficiente”.

Ahora, la joven reina se prepara para entregar la corona el 20 de noviembre de 2025 en Tailandia, donde se elegirá a su sucesora.
Fuente: Infobae