La Arquidiócesis de Santo Domingo celebró el jueves la solemnidad del Corpus Christi 2025 con una masiva manifestación de fe que incluyó una procesión por el malecón y una misa solemne en la Catedral Primada de América, presidida por el arzobispo metropolitano, monseñor Francisco Ozoria Acosta.

Durante su homilía, monseñor Ozoria hizo un llamado especial a orar por los migrantes en el mundo, subrayando con preocupación la difícil situación que enfrentan muchos de ellos en países como Estados Unidos y la República Dominicana.

El arzobispo centró su mensaje en la eucaristía, a la que definió como fuente de nuestra esperanza. Citando el numeral 11 de la Constitución Lumen Gentium del Concilio Vaticano II, recordó que la eucaristía es la fuente y cumbre de la vida cristiana, e insistió en que la iglesia debe ser un motor de unidad y solidaridad.
La ceremonia litúrgica comenzó con una oración por el cese de los conflictos bélicos en diversas partes del mundo. Un sacerdote elevó una súplica por la paz en Gaza, Irán, Ucrania y regiones de África donde aún persisten guerras que afectan a miles de inocentes.

Decenas de obispos, sacerdotes, diáconos, monjas y feligreses se unieron en esta celebración, que tuvo como lema “Eucaristía, fuente viva de nuestra esperanza”, en una de las festividades más significativas del calendario litúrgico católico.

El altar, decorado con flores, la cruz, velones, incienso y una imagen de la Virgen de la Altagracia, sirvió de escenario para un acto lleno de fervor, música y recogimiento espiritual.
