En un audiovisual difundido recientemente, se observa una fotografia del padre del presidente Luis Abinader, acompañada del Decreto 8-25 de la desvinculación de Miguel Mejía del gobierno.
El Decreto 8-25, emitido el pasado 9 de enero, oficializó la destitución de Miguel Mejía de su cargo en el gobierno del presidente Luis Abinader. En su reacción, Mejía afirmó que esta decisión se enmarca dentro de las facultades del mandatario, quien tiene la potestad de prescindir de funcionarios públicos según lo considere pertinente.
Mejía enfatizó que su desvinculación no está relacionada con un mal manejo de fondos públicos ni con conductas contrarias a la ética o la moral, sino con su firme defensa de principios. Señaló que sus críticas no solo se centraron en la política hacia Venezuela, sino también en otros sectores como el eléctrico, energético, la política exterior, el equipo económico y una parte del Ministerio Público.
El exfuncionario explicó que inicialmente presentó sus preocupaciones al presidente en privado, pero, al no obtener respuesta, optó por exponerlas públicamente. Mejía reiteró que su salida refleja las diferencias de criterio con el gobierno, más que una falta de integridad en su gestión.