Que los actores políticos del Consejo Nacional de la Magistratura evalúen el desempeño de los jueces de la Suprema Corte de Justicia es lo más parecido a que un licenciado en medicina recién egresado de una de nuestras universidades de la quinta edad pretenda evaluar el desempeño en quirófano del Dr. José Joaquín Puello de todos mis afectos y mayores orgullos.
Sin embargo, los señores tienen el poder legal de hacerlo, y lo acaban de hacer los PRM and friends, como antes los PLD y sus amigos. En diciembre siempre hay Nochebuena. Al fin, qué hubiera sido de Leonel Fernández en aquellos 18 meses posteriores a agosto de 2012, si no hubiese blindado su salida del poder con sus tanques jurídicos de las altas cortes.
Así andaban las cosas en el mundo jurídico institucional, cuando concluyó la Feria Internacional del Libro con la buena nueva de su éxito sin demasiado ruido, solo libros, carajitos, y algún verso en el amplificador. Lamentablemente, por compromisos contraídos previamente con mi mala salud, no pude asistir a las actividades del “Bulevar de las Buenas Palabras”, del que soy embajador honoris causa, y donde debí conversar sobre sus dones, en la siempre dulce e inspiradora compañía de Miralba Ruíz, que es en sí misma una buena palabra, un buen libro. Cien años de soledad, acompañado.
Con la flema de los Salcedo, Roberto Ángel y su equipo montaron una feria con 650 actividades, que fue visitada por más de 700 mil visitantes, y en donde se vendieron libros por un valor superior a los 75 millones de pesos. Esas son buenas palabras y son mejores hechos.
La Feria del Libro es el estandarte del Ministerio de Cultura. Es una fiesta, pero es también un termómetro de una gestión, el presagio. No en vano, el mago de Jorge Luis Borges se imaginaba el paraíso en una biblioteca, bendita extensión de la memoria y la imaginación.
El libro nos hace inmortales e infinitos viajeros. Quien tiene en sus manos un buen libro, tiene el mundo en sus manos, más ahora que, celebrada, está de moda la ignorancia, las malas palabras y las peores acciones de un mundo que se ha quedado sin utopías, sin sueños, como a veces los amores se quedan sin luz… y llega el invierno, “la nube negra”. Si tienes un libro, tendrás siempre compañía, esperanza, vida.