
En el contexto del juicio que investiga las circunstancias de la muerte de Diego Armando Maradona, tres médicos que lo atendieron en sus últimos días aseguraron que la operación cerebral realizada antes de su fallecimiento no era necesaria. El procedimiento fue ordenado por su médico personal, Leopoldo Luque, quien figura entre los siete imputados en el caso.
"El paciente debía continuar en observación, pero no someterse a una operación", declaró Guillermo Burry, jefe de neurocirugía del sanatorio Ipensa de La Plata, donde Maradona fue ingresado el 2 de noviembre de 2020. La tomografía realizada en esa fecha mostró un hematoma subdural, que Burry calificó como "pequeño, leve".
Martín Cesarinni, neurólogo del mismo centro médico, coincidió: “El paciente no presentaba un riesgo ni una emergencia quirúrgica”. Marcos Correa, médico clínico, relató que los estudios fueron revisados y se le informó a Maradona que no era recomendable una operación.
Según Correa, al conocer los resultados, Luque manifestó de inmediato que era necesaria una intervención quirúrgica. Burry se negó a realizarla en Ipensa: “Lo decidí como jefe del área. Para nosotros, no era el momento adecuado porque había otras prioridades y el paciente no estaba compensado. Que lo evalúe un médico clínico, un cardiólogo, pero operar, no”.
A pesar de la negativa de los profesionales del sanatorio, Luque coordinó el traslado del exfutbolista a la Clínica Olivos, donde fue operado el 3 de noviembre. Esta sería su última cirugía antes de fallecer el 25 de ese mes.
Flavio José Tunessi, traumatólogo del club Gimnasia y Esgrima de La Plata —donde Maradona era entrenador—, también declaró ante el tribunal. Recordó que la hospitalización se decidió después de que el exjugador apareciera públicamente en mal estado durante un homenaje por su cumpleaños número 60, el 30 de octubre de 2020.
“Ese día lo vi muy desmejorado: más flaco, con poco ánimo, y se tambaleaba. Me sorprendió cuando le pregunté si necesitaba algo y me respondió: ‘Me voy, no estoy bien’. Al día siguiente, Luque me habló; me dijo que nadie lo había visto bien y me preguntó si se podía hacer una internación en Ipensa”, narró Tunessi.
Además de Luque, también enfrentan cargos la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, la médica de Swiss Medical Nancy Forlini, el médico Pedro Di Spagna, el coordinador de enfermeros Mariano Perroni y el enfermero Ricardo Almirón. Gisela Madrid, otra de las enfermeras involucradas, será juzgada por un jurado, según su solicitud.
El tribunal, compuesto por los jueces Maximiliano Savarino, Verónica Di Tommaso y Julieta Makintach, deberá determinar si los acusados son responsables de homicidio simple con dolo eventual, un delito que conlleva una pena máxima de hasta 25 años de prisión.