El inmortal del Salón de la Fama, Juan Marichal, afirmó que los dominicanos deben sentirse orgullosos de ocupar el segundo lugar a nivel mundial en cantidad de jugadores en las Grandes Ligas, solo por detrás de Estados Unidos, pese a que muchos otros países también practican el béisbol de manera organizada.
“Todos los dominicanos deberíamos sentirnos orgullosos de que somos el segundo país con más jugadores de Grandes Ligas, después de Estados Unidos”, expresó Marichal durante una entrevista en el programa A Diario, de Space 89.3.
El exlanzador, el primero en llegar al salón de la Fama, destacó que ese orgullo se refuerza con la actualidad del béisbol profesional. “Tenemos ahora mismo el jugador mejor pagado en el béisbol de Grandes Ligas, que es Juan Soto”, señaló, al tiempo que manifestó su esperanza de que sigan llegando muchos más peloteros dominicanos al máximo nivel.
Marichal hizo, además, un llamado a la conducta de los jugadores. Subrayó la responsabilidad social que asumen al convertirse en referentes para miles de jóvenes.
“Lo único que yo le pido a esos muchachos es que se comporten bien, que recuerden siempre que hay un sinnúmero de jóvenes que los siguen y que ellos son ejemplo”, afirmó.
Advirtió que cualquier actuación negativa termina afectando la imagen del país. “Cualquier cosita negativa que nosotros hagamos nos la van a sacar en cara”, dijo, al explicar que otras naciones, incluso con más recursos, observan con recelo el éxito dominicano en el desarrollo de peloteros.
Durante la conversación en A Diario, Marichal recordó sus inicios en Monte Cristi, específicamente en Laguna Verde, donde comenzó a forjarse su carrera. Relató que con apenas 15 años formó parte de un equipo juvenil que se proclamó campeón nacional, enfrentando incluso a la Aviación Militar Dominicana.
Uno de los momentos más impactantes de su juventud fue cuando recibió un telegrama oficial luego de vencer a la Aviación. “Cuando abrí el sobre decía: repórtese de inmediato a la Aviación Militar Dominicana, firmado Rafael Leonidas Trujillo hijo. Yo temblaba, estaba nervioso”, contó.
Narró que su madre, al ver el segundo telegrama, le dijo una frase que marcó su destino: “Mi hijo, a esa gente no se le puede decir que no”. Poco después viajó a San Isidro, donde fue recibido con una sentencia que nunca olvidó:
Sin siquiera haber sido uniformado como militar, Marichal fue incluido en una gira a México, donde tuvo participación directa. “Gané un juego. Nosotros debimos ganar la serie, pero los árbitros siempre estuvieron a favor de México”, recordó.
El primer dominicano en ingresar al Salón de la Fama de Cooperstown también evocó su debut en el estadio Quisqueya, que hoy lleva su nombre.
Contó que, en un partido perdido ante las Águilas Cibaeñas, el dirigente decidió probarlo. “Me metió a lanzar una entrada y ponché a los tres bateadores”, dijo, mencionando con precisión a Harry Shearer, Howard Goss y Dick Stuart.
Juan Marichal, leyenda del béisbol y exlanzador que en la pelota dominicana militó con los Leones del Escogido, cerró su relato reafirmando que su historia es reflejo de lo que puede lograr un joven dominicano cuando el talento, la disciplina y las oportunidades se encuentran.