Un nuevo atentado contra la biodiversidad marina de la República Dominicana tuvo lugar este fin de semana en La Gina, en Miches, donde se encontró el cuerpo sin vida de un manatí, una especie emblemática y vulnerable del Caribe.
Según informes preliminares de residentes y ambientalistas locales, este manatí habría muerto a causa del uso de la llamada "licuadora", un método de pesca ilegal que sigue llevándose a cabo en áreas costeras del país. Este sistema implica el uso de equipos mecánicos de succión y redes de arrastre, que remueven el fondo marino, capturando y triturando indiscriminadamente a todo tipo de organismos vivos.
El descubrimiento del manatí ha provocado indignación en la comunidad y ha encendido alertas entre organizaciones ambientalistas. Estas voces clamaron contra las prácticas ilegales, advirtiendo que amenazan no solo la biodiversidad, sino también actividades económicas vitales como el turismo ecológico y la pesca sostenible.
Los denunciantes exigieron una mayor intervención de las autoridades ambientales y acciones firmes contra los responsables de estos métodos prohibidos. Además, enfatizaron que la protección del manatí es una obligación legal y moral del Estado dominicano.