La investigación a monseñor Francisco Ozoria sobre “mala administración” y uso del arzobispado para el enriquecimiento de familiares cercanos habría iniciado en 2022, durante el pontificado del Papa Francisco.
En agosto del 2021 revelé en esta columna el malestar reinante en sectores de la Iglesia Católica que atribuían a Ozoria agenciarse favores políticos.
Ozoria reveló el miércoles último en una carta, que fue suspendido por el Vaticano por “mala administración”, tras la toma de posesión del nuevo Arzobispo Coadjutor, monseñor Carlos Tomás Morel Diplán a quien se le asignaron unas “facultades especiales exclusivas” para la administración del patrimonio diocesano, cuestiones económicas y financieras, así como la gestión del clero y del personal eclesiástico. “Según esto, a mí me han dejado solo el título de “Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo”, se quejó, aunque dijo que se mantiene “contento y feliz” y “con amor a la iglesia”.
Esto lo escribí el 5 de diciembre del 2022, con la edición de dos párrafos por razones de espacio:
El Arzobispo de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria, fue acusado ante el Vaticano de patrocinar el enriquecimiento de un hermano, según reveló el propio religioso.
Ozoria, aprovechó una misa en la Catedral Primada de América, a la memoria de su hermano, arquitecto Secundino Ozoria Acosta (Nino), fallecido el 15 de noviembre, para rechazar “acusaciones” de que habría patrocinado el enriquecimiento de su pariente.
Se quejó en la eucaristía del lunes último de que las imputaciones fueron llevadas hasta el Vaticano, sin especificar quiénes, limitándose a decir “algunas personas”.
Esta columna reveló, el 30 de agosto de 2021, que había disgustos en diversos niveles de la jerarquía católica que cuestionaban la falta de liderazgo y de incidencia social y atribuían a Ozoria gestiones ante el poder político a favor de familiares.
Cité que se mencionaban obras de infraestructura, reparaciones de iglesias y supuesto apoyo a parientes de monseñor Ozoria en la Fuerza Aérea, el Ministerio de Interior y la Policía Nacional.
Dos días antes, en un titular de portada de Listín Diario, el obispo de Baní, monseñor Víctor Masalles, denunciaba que “hay un gran vacío de liderazgo en la iglesia”.
Ozoria afirmó con voz entrecortada que su hermano no era apegado al dinero y que le ayudó desde que era obispo en San Pedro de Macorís ahorrándole millones de pesos a la Iglesia. “Él sabía cómo manejarse con los proveedores, cómo manejarse con la mano de obra”, precisó.
“Algunas personas, no sé de dónde ni me interesa saber, han dudado de eso y han pensado o han expresado, más que expresión, han acusado de que Nino se hizo rico al lado del Arzobispo; tengo esa acusación y esa acusación llegó lejos: llegó hasta el Vaticano, de que Nino, el arquitecto Nino se ha hecho rico por mí…con el arzobispo; el arzobispo ha ayudado a que Nino se haga rico. Sin embargo, Nino se fue pobre”, se quejó.
¿Cuál es la real dimensión de las “acusaciones”, que pudieron llegar hasta el Vaticano? Se supone que debieron ser bien documentadas para que el Nuncio, representante papal y única vía, las ponderara y encontrara méritos para ocupar el tiempo del Papa Francisco.
¿Cuáles medidas precautorias habría dispuesto el gobierno vaticano en el proceso investigativo?
Ozoria permaneció mucho tiempo en silencio y solo se refirió al tema ante la muerte de su hermano, sin que deje entrever el curso del proceso.
Siempre he preferido a los curas en misas y que los actores políticos y sociales se sienten a la mesa a dirimir sus diferencias, pero el silencio arzobispal es ruidoso.