
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, agradeció al expresidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, por sus “valerosas gestiones” en el reciente intercambio de presos entre Venezuela y Estados Unidos, en el que también estuvo involucrado El Salvador.
Según un comunicado del ministro de Exteriores venezolano, Yván Gil, Zapatero tuvo un papel clave en el proceso que permitió la liberación de 252 venezolanos detenidos en la cárcel salvadoreña CECOT, acusados de pertenecer al grupo criminal Tren de Aragua, a cambio de ciudadanos estadounidenses retenidos en Venezuela.
Zapatero ha estado vinculado a procesos de diálogo en Venezuela durante años. En las elecciones presidenciales del verano pasado, asistió como observador, lo que generó controversia en España, especialmente por su silencio prolongado tras los comicios, en los que la oposición declaró como ganador al candidato Edmundo González.
El expresidente justificó su postura alegando que no quería comprometer la “confianza” construida con las partes involucradas en Venezuela. En esta ocasión, su participación en el canje fue reconocida oficialmente por el gobierno de Maduro como parte de sus esfuerzos por fomentar la “reconciliación y la paz”.
Desde Washington, el secretario de Estado, Marco Rubio, confirmó que Estados Unidos logró recuperar a diez ciudadanos detenidos en Venezuela y agradeció al presidente Donald Trump por su liderazgo en el proceso.
Rubio criticó al gobierno venezolano por mantener bajo arresto a ciudadanos estadounidenses “sin debido proceso” y calificó como inaceptable el número de estadounidenses detenidos en el país sudamericano en los últimos años.
Por su parte, Caracas sostuvo que el canje fue motivado por el compromiso del presidente Maduro con la protección de los migrantes venezolanos detenidos en El Salvador, asegurando que habían sido “víctimas de persecución” por parte de sectores radicales de la oposición.
Con este intercambio, Venezuela da por concluido uno de los procesos de mayor tensión diplomática entre ambos países, tras años de distanciamiento, mientras Zapatero reafirma su rol como interlocutor informal en la región.