
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, confirmó durante su visita a Indonesia que buscará nuevamente la presidencia en las elecciones de 2026, una decisión que analistas consideran poco sorprendente dado el escenario político actual.
Lula encabeza las encuestas de intención de voto para los comicios de octubre de 2026, impulsado, entre otros factores, por el reciente choque con el presidente estadounidense, Donald Trump, quien lo acusó de impulsar una “caza de brujas” contra Jair Bolsonaro.
Analistas señalan que, al igual que la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum, la defensa de la soberanía frente a Trump ha fortalecido su imagen.
El bloque de derecha aún no define un candidato sólido que pueda enfrentar a Lula. Entre los nombres que se barajan están el gobernador de São Paulo, Tarcísio de Freitas; el gobernador de Minas Gerais, Romeu Zema; además de miembros del entorno de Bolsonaro, incluidos sus hijos y su esposa.
La polémica en torno a la exploración de Petrobras en la Amazonía no ha generado un desgaste significativo en la imagen de Lula, incluso a un mes de la COP30, que tendrá lugar en Brasil.
Expertos sostienen que este tema no parece alterar el respaldo al presidente de cara a su nueva aspiración electoral.