
El monto de 15 mil millones de pesos, que según el expediente del Ministerio Público se estima que ha sido sustraído mediante actos de corrupción en el Seguro Nacional de Salud (SeNaSa), habría permitido transformar de manera profunda la capacidad de atención de la red pública hospitalaria del país.
Un levantamiento basado en precios promedio del mercado dominicano establece una relación de 10 equipos clave para el diagnóstico oportuno y la respuesta ante emergencias. Muchos hospitales públicos carecen de ellos o enfrentan fallas constantes.
La comparación evidencia que los recursos presuntamente desviados no son cifras abstractas. Son equipos, diagnósticos y vidas que el sistema público de salud dejó de proteger.
Monitores de signos vitales: tienen un costo unitario aproximado en el mercado dominicano de RD$164,000; con RD$15,000 millones se pudieron adquirir 91,463 equipos. Estos sirven para medir y vigilar de forma continua la presión arterial, la frecuencia cardíaca, la respiración y la oxigenación del paciente. Son básicos en emergencias, hospitalización y cuidados intensivos.
Electrocardiógrafos: la unidad tiene un costo promedio de 75 mil pesos, se pudieron comprar 200,000 equipos. Permiten registrar la actividad eléctrica del corazón para detectar arritmias, infartos y otras anomalías cardíacas. Son determinantes en la evaluación inicial de pacientes con dolor torácico.
Desfibriladores: se utilizan para restablecer el ritmo cardíaco normal en casos de paro cardíaco o arritmias graves. Su uso inmediato puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Tiene un costo que puede rondar los 160,000, con los recursos de SENASA se pudieron adquirir 93,750 equipos.
Los equipos de ultrasonido diagnóstico generan imágenes internas del cuerpo que permiten identificar lesiones, masas, sangrados y alteraciones en órganos y tejidos. Son herramientas clave para diagnósticos rápidos y no invasivos, su costo estimado es de medio millón de pesos y, con 15 mil millones se pudieron comprar 30,000 equipos.
Respiradores artificiales: con un costo unitario de RD$220,000, se pudieron adquirir 68 mil 181 equipos. Estos asisten o sustituyen la respiración del paciente cuando no puede hacerlo por sí mismo. Son indispensables en unidades de cuidados intensivos y salas de emergencia.
Máquinas de anestesia: garantizan la administración controlada de anestesia durante procedimientos quirúrgicos, permitiendo cirugías seguras y control del dolor. Tienen un costo aproximado de 2 millones de pesos y con el dinero de Senasa se pudieron comprar 7,500 equipos.
Los Ecógrafos cardíacos (ecocardiogramas): tienen un costo unitario promedio de 3 millones 200 mil pesos, con el dinero que el Ministerio Público ha dicho en primer momento que fue sustraído en Senasa se pudieron adquirir 4,687 equipos.
Permiten observar en tiempo real la estructura, el movimiento y el flujo sanguíneo del corazón. Son esenciales para diagnosticar enfermedades valvulares, insuficiencia cardíaca y miocarditis.
Un resonador magnético: su costo estimado es de 6 millones de pesos, con 15 mil millones se pudieron comprar 2,500 equipos. Estos equipos utilizan campos magnéticos para producir imágenes detalladas de órganos y tejidos blandos, sin radiación. Son fundamentales para diagnósticos neurológicos, musculares y oncológicos.
Los tomógrafos: producen imágenes detalladas en cortes del cuerpo humano. Se usan para detectar tumores, hemorragias internas, fracturas complejas y lesiones graves, su costo aproximado es de RD$12,000,000 y con recursos de Senasa se pudieron adquirir 1,250 equipos.
Tanques de oxígeno: podría parecer el elemento más sencillo de esta lista, pero necesario en el día a día en las salas de centros médicos, con vidas dependiendo de su disponibilidad. Su costo por unidad es de RD$13,500 pesos y con recursos de Senasa se pudieron comprar un millón 111 mil 111 tanques.
Esto sería suficiente para garantizar el suministro de oxígeno medicinal a todos los pacientes con dificultad respiratoria hospitalizados.
La falta de estos equipos impacta de forma directa a los pacientes más vulnerables. En pueblos del interior del país, muchas personas mueren durante la travesía hacia hospitales más especializados, debido a que los centros locales no cuentan con los recursos necesarios para atender emergencias o realizar diagnósticos básicos.
Con esos recursos, el Estado dominicano pudo haber adquirido miles de equipos médicos esenciales, hoy ausentes o inoperantes en numerosos centros de salud.