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Las intensas lluvias de este fin de semana lograron sofocar casi por completo los incendios que afectaban al condado de Los Ángeles, aunque provocaron una alerta por posibles inundaciones en zonas cercanas a los siniestros.
En Malibú, donde el incendio de Pacific Palisades causó estragos, las precipitaciones obligaron al cierre de escuelas y carreteras debido a las condiciones peligrosas, según informaron las autoridades.
En ese orden, el Servicio Nacional de Meteorología (NWS) advirtió sobre lluvias adicionales provenientes del condado de Orange, que podrían generar complicaciones en las áreas quemadas de Eaton y Bridge, además de tormentas cercanas a Santa Mónica.
Se recuerda que, tras 20 días de intensos trabajos de contención, los históricos incendios en Los Ángeles están casi controlados, en primer lugar el incendio de Palisades, el más destructivo, fue contenido en un 94 % tras arrasar 9,300 hectáreas. Eaton y Hughes, en Pasadena y el norte del condado, están controlados en un 98 % y 95 %, respectivamente, según Cal Fire.
Desde su inicio el 7 de enero, los incendios dejaron 28 muertos, destruyeron más de 15,000 estructuras y provocaron la evacuación de 150,000 personas, convirtiéndose en uno de los desastres naturales más costosos en la historia de Estados Unidos.