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La elección de Robert Francis Prevost como León XIV marca un momento histórico para la Iglesia Católica: es el primer pontífice originario de Estados Unidos y apenas el cuarto no italiano en casi medio milenio.
Prévost, nacido en Chicago el 14 de septiembre de 1955, también posee la ciudadanía peruana, resultado de sus años de labor pastoral en ese país, donde incluso fue obispo de la diócesis de Chiclayo. Su elección representa no solo un cambio geográfico, sino también cultural dentro del Vaticano.
Estados Unidos nunca había tenido un papa hasta ahora, y la noticia fue recibida rápidamente con entusiasmo por el expresidente Donald Trump, quien declaró que era "un gran honor".
León XIV es, además, el segundo papa proveniente del continente americano, siguiendo los pasos del argentino Jorge Mario Bergoglio (Francisco), quien lideró la Iglesia entre 2013 y 2025, convirtiéndose en el primer latinoamericano en ocupar el cargo.
Con su llegada, se consolida la tendencia de designar líderes de fuera de Italia. Desde 1978, cuando fue elegido Juan Pablo II —el polaco Karol Wojtyla—, el Vaticano ha optado por papas no italianos, incluyendo al alemán Benedicto XVI, quien sirvió entre 2005 y 2013.