
El Papa León XIV llamó este sábado a fortalecer una Iglesia basada en la escucha, el servicio y la participación de todos sus miembros, “sin excluir a nadie”, para dejar atrás tensiones y posturas enfrentadas dentro del catolicismo.
Durante la misa del Jubileo dedicada a los equipos sinodales en la basílica de San Pedro, el pontífice afirmó que “la regla suprema en la Iglesia es el amor” y subrayó que nadie debe imponer sus ideas, sino “escucharse recíprocamente” y buscar juntos la verdad con humildad.
León XIV defendió la sinodalidad como proceso de diálogo y discernimiento común, recordando que la Iglesia está llamada a “caminar unida” sin importar diferencias de roles o sexo.
El Papa reconoció las tensiones entre sectores reformistas y tradicionalistas, y pidió dejar atrás el clericalismo, la vanagloria y las “facciones” que obstaculizan la unidad.
Alertó que los debates sobre tradición y novedad, autoridad y participación no deben convertirse en “polarizaciones dañinas”.
Su mensaje llega un día después de que los defensores de la misa tridentina en latín volvieran a celebrarla en el altar de San Pedro, tras tres años con restricciones impuestas en el papado anterior, lo que reavivó críticas de sectores conservadores.
León XIV concluyó invocando la intercesión de la Virgen María para “superar las divisiones internas” y sanar la discordia dentro de la Iglesia.