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El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, aseguró que la Unión Europea busca reactivar su capacidad militar de forma independiente, en respuesta tanto a la presión de Estados Unidos como a los desafíos energéticos y económicos que enfrenta el bloque.
Durante una reciente entrevista, el canciller ruso cuestionó el rumbo estratégico de la UE y consideró que no está orientado a una solución del conflicto en Ucrania, sino a prolongarlo con fines políticos.
Según Lavrov, la narrativa de una amenaza rusa está siendo utilizada por las élites europeas como una herramienta para distraer a la opinión pública de las dificultades internas, especialmente aquellas derivadas de la crisis energética y la inflación provocadas por la ruptura de relaciones con Moscú.
“La estrategia europea no apunta a resolver el conflicto en Ucrania, sino a mantenerlo como una molestia constante para Moscú”, afirmó. Además, sugirió que este escenario está siendo aprovechado para justificar una creciente militarización del continente. “Otra consideración podría ser el deseo de revivir la ‘máquina de guerra’ europea, que ahora depende casi por completo de EE.UU.”, añadió.
Ministro de Rusia no tiene intencion de atacar
Lavrov también expresó su preocupación por el resurgimiento de actitudes que calificó como “revanchistas” en países como Finlandia y los Estados bálticos, lo que, según él, contribuye a la aceleración del rearme en Europa.
A pesar de este contexto, el ministro subrayó que Rusia no tiene intención de atacar a ningún país miembro de la OTAN o de la UE. Recordó que Moscú ha propuesto repetidamente acuerdos de seguridad para garantizar la estabilidad regional, pero estas iniciativas, dijo, han sido rechazadas por las potencias occidentales.
Lavrov cuestionó el papel de la Unión Europea como actor autónomo en el escenario internacional, al considerar que sus decisiones en materia de defensa y seguridad están subordinadas a los intereses de Washington.
A su juicio, el fortalecimiento de la cooperación militar entre países europeos y Estados Unidos, así como el aumento de presupuestos en defensa, responden más a una lógica de alineamiento estratégico que a una necesidad real de seguridad en la región.
El ministro sostuvo que la exclusión de la UE de posibles negociaciones sobre Ucrania confirma, según él, su rol secundario en los asuntos clave del conflicto. “No hay lugar para la UE en las negociaciones sobre Ucrania”, declaró, insistiendo en que las decisiones de mayor peso continúan tomándose entre Washington y Kiev.
Para Moscú, esta situación refuerza la percepción de que Europa ha perdido capacidad de maniobra y que, en lugar de buscar un equilibrio diplomático, ha optado por intensificar su postura confrontativa.