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La UE flexibiliza veto a vehículos de combustión desde 2035

La medida supone un ajuste a una de las políticas emblemáticas del Pacto Verde Europeo, adoptado durante el primer mandato de Ursula von der Leyen, y busca responder a las dificultades que enfrenta la industria automotriz europea en un contexto de creciente competencia internacional y desaceleración de las ventas.

Lisbeth Báez
Lisbeth Báez
16 diciembre, 2025 - 7:16 PM
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Vehículo de combustión
Automotriz
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La Unión Europea decidió flexibilizar la prohibición de vender vehículos nuevos de gasolina y diésel a partir de 2035, al permitir que los fabricantes comercialicen un número limitado de automóviles con motores térmicos o híbridos, siempre que compensen sus emisiones de dióxido de carbono (CO₂), informó este martes la Comisión Europea.

La medida supone un ajuste a una de las políticas emblemáticas del Pacto Verde Europeo, adoptado durante el primer mandato de Ursula von der Leyen, y busca responder a las dificultades que enfrenta la industria automotriz europea en un contexto de creciente competencia internacional y desaceleración de las ventas.

Según el comisario europeo de Industria, Stéphane Séjourné, la decisión no implica un abandono de los objetivos climáticos, sino un enfoque “pragmático” que toma en cuenta la capacidad de los fabricantes y la aceptación de los consumidores frente a los vehículos totalmente eléctricos.

Nuevo esquema de reducción de emisiones

En lugar de una prohibición total, los fabricantes deberán reducir en un 90 % las emisiones de CO₂ de sus ventas a partir de 2035, tomando como referencia los niveles de 2021, y compensar el 10 % restante. Bruselas sostiene que, con este esquema, el sector automotor quedará completamente descarbonizado en esa fecha.

La Comisión reconoció que la industria europea ha enfrentado presiones crecientes por parte de competidores chinos, como BYD, que han ganado cuota de mercado con vehículos eléctricos a precios más competitivos, además de tensiones comerciales con Estados Unidos.

Reacciones divididas en Europa

La decisión generó reacciones contrapuestas entre los Estados miembros. Alemania, cuyo sector automotriz es el mayor de Europa, consideró que la flexibilización va “por el buen camino”. En contraste, Francia lamentó el giro y anunció que hará esfuerzos para revertirlo, al considerar que debilita las inversiones realizadas para la transición hacia vehículos 100 % eléctricos.

Organizaciones ambientalistas como Greenpeace criticaron la medida, calificándola de regresiva y advirtiendo que podría afectar la calidad del aire, el empleo y la expansión de coches eléctricos asequibles.

Junto con esta decisión, la Comisión anunció medidas de apoyo a la industria de baterías y planes para impulsar flotas profesionales más ecológicas, además de fomentar la producción de vehículos eléctricos de bajo costo dentro de Europa.

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