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La Unión Europea instó a China a flexibilizar las restricciones sobre las tierras raras, esenciales para todo tipo de productos, desde automóviles hasta lavadoras, después de que los controles a la exportación de Beijing interrumpieran el suministro y provocaran problemas de producción en diversas industrias de Europa y Estados Unidos.
Maros Sefcovic, comisario de Comercio de la Unión Europea, afirmó que el asunto era prioritario en su reunión del martes con el ministro de Comercio de China, Wang Wentao, en el marco de la conferencia de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en París.
“Informé a mi homólogo chino sobre la alarmante situación de la industria automovilística europea, pero diría que sobre la industria en sí, porque claramente las tierras raras y los imanes permanentes son absolutamente esenciales para la producción industrial”, declaró Sefcovic a la prensa el miércoles.
En abril, en el punto álgido de su disputa comercial con Estados Unidos, China aprovechó su dominio global en la cadena de suministro de tierras raras e impuso nuevos controles a la exportación de siete tipos de minerales de tierras raras y varios imanes, necesarios para todo tipo de productos, desde productos electrónicos y vehículos de uso diario hasta armas de alto costo como los aviones de combate F-35. China controla el 90 % del procesamiento mundial de tierras raras.
Sin embargo, a pesar de una tregua comercial de 90 días con Estados Unidos, Beijing aún no ha flexibilizado estos controles, lo que ha provocado la ira de Washington. Esto ha provocado fuertes enfrentamientos entre China y Estados Unidos la semana pasada, sobre qué parte violó el acuerdo comercial temporal alcanzado en Ginebra. Mientras tanto, los fabricantes de automóviles han advertido que se avecinan cierres de fábricas, ya que les resulta casi imposible importar imanes de tierras raras de China.
“En lo que respecta a los imanes permanentes, que se utilizan claramente para la producción civil, ya que los necesitamos desde lavadoras y coches hasta cualquier electrodoméstico que probablemente tengamos en casa, esto es extremadamente perjudicial para la industria”, declaró Sefcovic.
El miércoles, un grupo comercial europeo del sector automovilístico expresó de forma similar su preocupación por la “perturbación significativa” que suponen las restricciones chinas a las tierras raras en la cadena de suministro automotriz europea.
“Las restricciones a la exportación de China ya están paralizando la producción en el sector de proveedores europeos”, declaró Benjamin Krieger, secretario general de la Asociación Europea de Proveedores de Automoción (CLEPA) en un comunicado.
Bajo los nuevos controles chinos, los exportadores de tierras raras e imanes deben solicitar una licencia para cada envío y proporcionar documentación justificativa para verificar el uso final previsto de estos materiales.
Desde abril, las autoridades chinas solo han aprobado aproximadamente una cuarta parte de los cientos de solicitudes de licencias de exportación presentadas, según CLEPA. Además, el proceso de solicitud ha sido opaco e inconsistente en las distintas provincias, con algunas licencias denegadas por motivos de procedimiento y otras que exigen la divulgación de información sensible, incluida la propiedad intelectual, según CLEPA.
El fabricante alemán de automóviles Volkswagen declaró previamente a CNN que a sus proveedores se les ha concedido “un número limitado de licencias de exportación”.
Los datos aduaneros de China muestran que los envíos de imanes de tierras raras a Alemania se redujeron a la mitad de marzo a abril, mes en que se implementaron las restricciones.
En su reunión del martes, Sefcovic y Wang compararon los datos sobre las licencias otorgadas y descubrieron que sus respectivas cifras no coincidían, afirmó Sefcovic. Ambas partes se comunicarán “relativamente pronto” una vez que se aclaren los datos, añadió.
En lugar del actual régimen de licencias de China, el responsable comercial de la UE afirmó que el bloque prefiere una solución sistemática, como una solicitud general anual para cada empresa, para evitar retrasos en el papeleo y la presión sobre la industria.