La misión multinacional de apoyo a la seguridad en Haití, que ha enfrentado dificultades tras la reciente muerte de su segundo miembro, aún no ha tenido resultados concretos en la lucha contra la creciente violencia de las bandas armadas en el país.
La inseguridad ha empeorado en la región metropolitana de Puerto Príncipe y otras ciudades del país, a pesar de los esfuerzos de la Policía Nacional y de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS). Las autoridades siguen prometiendo medidas de seguridad, pero la población continúa esperando un cambio tangible.
Aunque la misión multinacional, que cuenta con alrededor de 1.000 soldados y policías, está presente en el terreno desde junio del año pasado, las bandas armadas continúan ganando poder, incluso organizando fiestas y mostrando su control a través de redes sociales como TikTok.
Carreteras, barrios y ciudades enteras están bajo el dominio de estas bandas, que se dedican a actividades criminales, como masacres, asesinatos, violaciones y robos, afectando a la población civil.
En la región de Puerto Príncipe, alrededor de un tercio de la población está desplazada debido a las bandas, lo que ha dado lugar a la creación de campamentos de refugiados en condiciones precarias, donde los servicios básicos son escasos o inexistentes.
Con la toma de nuevos territorios por las bandas, los precios del transporte y de los productos de primera necesidad se han disparado, mientras que el centro de la capital ha sido abandonado por instituciones públicas y privadas, desplazándose a áreas más seguras, lo que ha aumentado aún más el desempleo.
Ante la inacción de las autoridades, los grupos de autodefensa están proliferando, armándose para enfrentar a las bandas. El 2025 será un año crucial para Haití, con la urgencia de organizar un referéndum y elecciones generales, pero estos procesos están en riesgo debido a la presencia de las bandas armadas en las principales regiones del país.