Meses después de que un momento captado por la Kiss Cam en un concierto de Coldplay se volviera viral, Kristin Cabot, la ejecutiva de Recursos Humanos involucrada en el escándalo de infidelidad con el entonces CEO de Astronomer, Andy Byron, habló públicamente sobre las consecuencias personales y familiares que ha enfrentado.
Cabot, de 53 años y madre de dos hijos, aseguró que el episodio de apenas 16 segundos cambió por completo su vida y puso fin a su carrera profesional. En entrevistas concedidas a The Times y The New York Times, afirmó que la exposición mediática la volvió “inempleable” y la convirtió en blanco de una ola de acoso en redes sociales.
La exejecutiva reconoció que lo ocurrido fue producto de “una mala decisión”, tras consumir alcohol durante el concierto, y admitió que su comportamiento fue inapropiado. Sin embargo, denunció que ha recibido la mayor carga de ataques por su condición de mujer, incluyendo insultos, señalamientos y estigmatización profesional.

Cabot relató que el acoso escaló hasta amenazas de muerte, al punto de generar miedo constante en su familia. Indicó que sus hijos llegaron a temer por su vida y la de ellos, y que evitaron asistir a lugares públicos por temor a represalias.
Según explicó, sus datos personales fueron difundidos en internet, recibió hasta 600 llamadas en pocas semanas, fue seguida por paparazis y recibió entre 50 y 60 amenazas directas. “Mis hijos tenían miedo de que yo fuera a morir y ellos también”, expresó.
La polémica, que surgió tras la reacción del vocalista Chris Martin en pleno concierto, continúa generando repercusiones, mientras Cabot intenta reconstruir su vida lejos del foco mediático que, según dijo, la marcó de forma irreversible.