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El coordinador de El Sol de la Mañana, Julio Martínez Pozo, analizó a profundidad la situación que atraviesa el arzobispo metropolitano de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria Acosta, luego de publicar que fue despojado de sus facultades administrativas por decisión de la Santa Sede.
Resumió que al proponer él mismo un obispo coadjutor, Ozoria abrió la puerta a una jugada que sus adversarios aprovecharon con precisión en su contra para desplazarlo del control administrativo de la Arquidiócesis.
El comunicador inició su reflexión de este jueves trazando un paralelismo entre Ozoria y Santiago, el hermano de Jesús, destacando la humildad y sencillez que caracterizan al prelado dominicano.
Recordó que el propio autor Reza Aslan describe a Santiago como un hombre “insuperable en devoción, defensor de los pobres, que no poseía nada ni siquiera las ropas que vestía”, comparación que Martínez Pozo empleó para resaltar el carácter de Ozoria.
A juicio del analista, el arzobispo de Santo Domingo es un hombre consagrado, modesto y sin interés material, lo que hace más dolorosa su situación actual.
“Francisco Ozoria es una persona totalmente consagrada al sacerdocio y un hombre sumamente humilde que no creo que le interese para nada el dinero”, subrayó.
Martínez Pozo explicó que la comunicación enviada por Ozoria, en la que denuncia que le fueron retirados todos los poderes administrativos, refleja una tensión acumulada desde hace años. En esa carta, según dijo, el prelado confirma que ha sido apartado de las decisiones económicas, financieras y de gestión del personal, atribuyéndole supuestas irregularidades administrativas.
Aclaró que no entraría a juzgar si esas observaciones son válidas, pero expuso que se refieren principalmente a proyectos de construcción vinculados a la Iglesia, un área que no forma parte de la especialidad del arzobispo.
Agregó el coordinador de El Sol de la Mañana que incluso un hermano fallecido del arzobispo, pudo haber tenido participación en algunos procesos cuestionados, pero insistió en que eso no puede confundirse con la integridad personal del religioso. “Yo creo que son cosas totalmente distintas”, señaló.
Uno de los problemas más graves es que esas observaciones nunca fueron discutidas directamente con Ozoria, lo que impidió corregir posibles fallas, indicó Martínez Pozo. “No fueron compartidas con él ¿Por qué no fueron compartidas? Porque a monseñor Osoria se las juntaron todas”, afirmó.
El comunicador también contextualizó el conflicto señalando que los últimos tres nuncios apostólicos han enviado a Roma informes poco favorables a Ozoria, alegando una disminución en la influencia de la Iglesia y deficiencias en su equipo de trabajo.
Otro episodio que, según Martínez Pozo, pesó contra el arzobispo fue el manejo del conflicto con el entonces sacerdote Manuel Ruiz, cuya salida del Colegio San Juan Bautista generó profundas heridas internas. “Fue una salida que no se produjo de la forma adecuada", indicó.
El punto de quiebre, según Julio Martínez Pozo, llegó con la propuesta de Ozoria de nombrar un obispo coadjutor, iniciativa que según dijo el comunicador, terminó volviéndose en su contra.
El arzobispo esperaba que la designación recayera en el obispo de Baní, Faustino Burgos, pero el Vaticano optó por Carlos Tomás Morel Diplán, figura que no pertenece a su círculo cercano.
Antes del nombramiento, la Iglesia incluyó en su informe las mencionadas debilidades administrativas, lo que según el comentario del comunicador bloqueó cualquier posibilidad de que se considerara el candidato sugerido por Ozoria.
“Eso está ahí sencillamente para evitar que se tomara en cuenta la sugerencia de Osoria y se nombrara uno que nada tuviera que ver con él”, afirmó.