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La directora del Instituto Nacional de Atención Integral a la Primera Infancia (Inaipi), Josefa Castillo, negó que la denuncia de maltrato realizada por una vecina de la niña Smailin Coronado, quien murió el 16 de agosto luego de sufrir torturas a manos de su tía Yokeiry Coronado de la Cruz y el esposo de esta, Jeider Montero Medina, estuviera registrada en la plataforma de la institución.
“Lo que nosotros podemos asegurarles es que eso no está en nuestra plataforma. La persona final donde llegó la información no pudo tramitarla a nuestras redes de servicios, pero en la plataforma solo entran casos de dos a cinco años, si no, no entran”, expresó Castillo al participar ayer (lunes) en La Semanal con la prensa.
La funcionaria explicó que la persona del Centro de Atención Integral Familias Inteligentes (CAIFI), a quien se le suministró la información y que dijo que la pasaría a su superiora, “parece que no lo hizo”. En ese sentido, reiteró: “Nosotros no somos receptores de denuncias, esa no es nuestra misionalidad”.
Sin embargo, Castillo admitió que, por un acto de humanidad y responsabilidad social, correspondía orientar a la persona que buscaba denunciar.
“Ahí sí cabía el hecho de orientar y decir: debes ir a Conani, al Ministerio Público, a la Policía. Esa es la realidad que tenemos nosotros con respecto a esa noticia desagradable que ha ocurrido en este país”, dijo.
La semana pasada, la periodista Edith Febles reveló en el programa El Día que, un mes antes de la muerte de la menor, una vecina se acercó a una empleada de un Centro de Atención Integral a la Primera Infancia (CAIPI) para hacer una denuncia anónima sobre el maltrato.
Según audios difundidos por Febles, la trabajadora aseguró que había subido el reporte al sistema, al igual que su jefa, y que lo habían colocado como “tipo emergencia”.
La niña Smailin Coronado, de siete años, falleció el 16 de agosto de 2025, alrededor de las 6:30 de la tarde, en su residencia de la calle Respaldo Eugenio Perdomo, sector Los Guandules, Distrito Nacional.