
El analista deportivo Jorge Rolando Bauger afirmó este viernes en El Sol de la Mañana que el Mundial de Fútbol de 2026 será “atípico” en comparación con ediciones anteriores, debido a sus características únicas de organización, formato competitivo y logística.
El experto explicó que el torneo —que se celebrará en Estados Unidos, México y Canadá— enfrenta una serie de desafíos que marcarán un precedente en la historia de la Copa del Mundo.
Bauger señaló que el primer elemento diferenciador es la dimensión del torneo, que pasará de 32 a 48 equipos. Esta expansión, dijo, modifica la naturaleza competitiva, al introducir más selecciones, más sedes, más viajes y un calendario más extenso. Recordó que esta ampliación obligará a las selecciones a manejar una mayor carga física, desplazamientos largos entre países y condiciones climáticas distintas en un mismo campeonato.
“Habrá equipos que recorrerán distancias equivalentes a cruzar un continente entero entre un partido y otro”, advirtió.
Otro factor que, según Bauger, hace que esta edición sea distinta es la complejidad operativa que implica jugar en tres naciones con sistemas legales, estructuras de transporte, culturas futbolísticas y estándares deportivos diferentes. A esto se suman las exigencias para los fanáticos, cuyas posibilidades de seguimiento se verán afectadas por la dispersión de estadios y costos de movilidad. “Todo eso convierte al Mundial 2026 en un reto sin precedentes para selecciones, cuerpos técnicos y aficionados”, indicó.

Bauger también destacó la clasificación de la selección de Haití al Mundial, un acontecimiento que calificó como extraordinario dada la situación del país. Recordó que Haití vive una crisis política, social y de seguridad sin precedentes, marcada por el dominio de bandas armadas, el cierre de infraestructuras deportivas, la paralización del campeonato local y la inexistencia de condiciones mínimas para entrenar.
El analista subrayó que la mayoría de los jugadores haitianos desarrollan su carrera fuera de la isla debido a la violencia interna y a la falta de estructuras deportivas. Además, la selección debe disputar sus partidos como local en otros países, ya que no cuenta con un estadio en condiciones. “La clasificación de Haití no es solo un logro futbolístico; es un acto de resistencia y un símbolo de esperanza para un pueblo golpeado por la adversidad”, expresó.
Agregó que este pase al Mundial —el primero desde 1974— también muestra el impacto del talento haitiano que se forma en ligas extranjeras y en academias internacionales, así como la capacidad de su cuerpo técnico para gestionar un plantel disperso alrededor del mundo.
Bauger concluyó que el Mundial 2026 se desarrolla en un contexto donde varias selecciones emergentes, como Haití, están rompiendo expectativas, mientras potencias tradicionales enfrentan periodos de transición. Para el experto, este nuevo orden competitivo podría producir sorpresas, eliminar pronósticos tradicionales y llevar a “un torneo tan impredecible como complejo”.