x
El periodista Johnny Arrendel afirmó durante una llamada telefónica al programa El Rumbo de la Mañana, que la demanda incoada por varios periodistas hacia él y otros comunicadores más, no aplica, debido a que alega no haber incurrido en ninguna violación de la ley.
“Esa demanda no tiene razón de ser, la situación que ellos están planteando, hablando de difamación e injuria no existe, porque hay axioma en derecho muy conocido, que maneja cualquier persona en la materia, y es que confesión de partes relevo de pruebas”, aseguró Arrendel por Rumba 98.5 F.M.
Asimismo, calificó la demanda de peculiar, porque asegura que dicha acción trata de silenciar la manifestación de informaciones que se encuentran en las redes sociales y fuera del alcance de los medios tradicionales.
“En este momento es bastante curiosa esta demanda, este recurso jurídico porque de lo que se trata es de acallar la expresión de los sentimientos y de las informaciones que surgen en las redes sociales, que están fuera de los medios tradicionales“, acotó
El comunicador dijo que puede asociar dicha demanda con el hecho de que ha estado haciendo recientemente una serie de denuncias de diferentes temas relacionados, y cree que pudo incidir en la acción ejecutada por los querellantes.
Puntualizó que no aún no ha sido notificado de ninguna “querella“ en su contra, y espera recibir la notificación en Estados Unidos a través de la cancillería de la República.
Los periodistas Edith Febles, Mariasela Álvarez, Altagracia Salazar y Marino Zapete presentaron ante el Ministerio Público, cuatro querellas penales contra cuatro iguales cantidades de comunicadores a los que acusan de incurrir en actos de difamación, injuria y desinformación a través de medios y plataformas digitales.
Las querellas interpuestas de forma individual y colectiva son dirigidas en contra de Pedro Manuel Casal García, Aquiles Jiménez Fernández, Juan Aníbal Arrendel Núñez y Alfredo de Dios de la Cruz Carvajal.
Los demandantes aseguran que estos comunicadores han emitido señalamientos públicos reiterados sin sustento, afectando su honor y dignidad, y que dichas afirmaciones trascienden el ámbito legítimo de la libertad de expresión para convertirse en ataques personales con consecuencias reputacionales.