
Entre abril y noviembre de este año, Japón contabilizó un total de 230 ataques de osos que dejaron 13 muertos y múltiples heridos, la cifra más alta desde que el país comenzó a registrar estos incidentes en 2006, informó el Ministerio de Medio Ambiente este viernes.
Solo en noviembre se reportaron 33 ataques y un fallecimiento, superando ya los registros de todo el año fiscal 2023, cuando se reportaron 218 heridos y seis muertos.
Ante el aumento de los ataques, las autoridades japonesas anunciaron un paquete de medidas que incluyen incentivos para obtener licencias de caza y la construcción de vallas eléctricas en zonas rurales. Además, se modificaron regulaciones para permitir que agentes de Policía puedan utilizar rifles y se desplegaron efectivos del Ejército para apoyar con trampas y vigilancia, aunque sin autorización para disparar.
Expertos señalan que este incremento está relacionado con la despoblación y el envejecimiento de la población en áreas rurales, donde extensas zonas de cultivo atraen a los osos, situación agravada por la mala cosecha de bellotas, fuente natural de alimento para estos animales.