
Interpol coordinó una operación internacional contra delitos ambientales en nueve naciones latinoamericanas, incluida la República Dominicana, que se desarrolló durante mayo y junio y culminó con 225 arrestos y la incautación de diversas especies de flora y fauna protegidas.
En su séptima edición, la llamada operación Madre Tierra VII también identificó más de 400 delitos ambientales, incluyendo 203 relacionados con silvicultura, 26 por pesca ilegal, 23 por minería ilegal y 16 por contaminación, según detalló Interpol este viernes.
Los países involucrados fueron Colombia, Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Panamá, donde se detectaron 15 casos transnacionales con múltiples rutas de tráfico de especies protegidas hacia Europa y Asia.
Entre las especies animales incautadas figuran aves, reptiles, tortugas, primates, grandes felinos, así como 2,4 toneladas de aletas de tiburón y raya, 875 kilos de totoaba y 7 kilos de pepino de mar seco.
Respecto a la flora, se confiscaron maderas de pino, roble, guanacaste, laurel, ciprés, cedro y palo rosa, este último de muy alto valor en el mercado ilegal.
La operación permitió además identificar áreas deforestadas asociadas a redes de crimen organizado que abarcan más de 50.000 hectáreas.
Uno de los casos más relevantes ocurrió en Panamá, donde se detectó minería ilegal de oro a gran escala, con implicaciones de trabajo infantil, trata de personas y contaminación por mercurio de fuentes de agua, representando un riesgo para la salud y el medio ambiente.