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Equipos de emergencia continúan intentando localizar a más de 250 personas cuyo paradero sigue desconocido después del devastador incendio que consumió varios rascacielos y reavivó el debate sobre posibles fallos en las normas de seguridad.
Los bomberos de Hong Kong retomaron este jueves las labores de rastreo en un enorme complejo habitacional, tras el fuego que arrasó ocho torres y dejó al menos 55 víctimas mortales.
El siniestro —considerado el más letal en la ciudad en muchos años— comenzó el miércoles por la tarde y afectó un conjunto residencial que alberga alrededor de 2.000 viviendas.
Para este jueves al mediodía, aún se observaban llamas aisladas y chorros de agua sobre las fachadas, mientras los bomberos trabajaban en sofocar los últimos puntos activos. Cuatro edificios quedaron completamente extinguidos y otros tres permanecían “bajo control”. Decenas de vecinos y voluntarios se desplazaron espontáneamente para ofrecer agua, comida y apoyo al personal de rescate.
La policía confirmó la detención de tres empleados vinculados a labores de mantenimiento, tras hallar indicios de que materiales inflamables fueron abandonados en las zonas de obra y permitieron que las llamas se propagaran sin contención. Documentación incautada a los sospechosos fue incorporada a una investigación por presunta “negligencia grave”.
En respuesta inmediata, el jefe del Ejecutivo, John Lee, anunció la revisión de todas las urbanizaciones donde se realicen renovaciones de gran escala. La Comisión Independiente contra la Corrupción formó además un equipo especial para indagar posibles irregularidades dentro del proyecto de remodelación del Wang Fuk Court, en Tai Po.
En el distrito de Tai Po, algunos residentes afirmaron no haber escuchado la alarma de incendios, por lo que tuvieron que alertar personalmente a sus vecinos. Uno de ellos relató la rapidez con la que avanzó el fuego, mientras Wong Sik-kam, cuyo hijo es bombero, compartió que el joven participó directamente en el operativo.
El incendio obligó a más de 900 personas a alojarse en refugios temporales y dejó 61 hospitalizados, entre ellos 15 en estado crítico. Entre los fallecidos se encontraba un bombero que perdió contacto con su equipo y fue encontrado con quemaduras severas.
Las autoridades explicaron que el fuego saltó entre edificios favorecido por las ráfagas de viento y los fragmentos desprendidos, aunque la causa exacta continúa bajo investigación.
“El calor es extremo y aún hay pisos a los que no hemos podido acceder, pero no dejaremos de intentarlo”, señaló Derek Armstrong Chan, subdirector de operaciones del cuerpo de bomberos.
El jueves, algunas familias evacuadas de bloques cercanos pudieron regresar brevemente a sus hogares, mientras voluntarios mantenían puestos de ayuda e información sobre personas aún no ubicadas.
“Es conmovedor ver cómo los hongkoneses se apoyan entre sí cuando alguien está en dificultades. Este espíritu demuestra el gran corazón de nuestra gente”, expresó Stone Ngai, uno de los coordinadores de la asistencia improvisada.
El presidente chino, Xi Jinping, envió condolencias a las familias afectadas, incluyendo al bombero fallecido. Por su parte, John Lee reiteró su pesar y destacó el trabajo incansable de los equipos públicos durante la emergencia.
En décadas anteriores, los incendios graves eran relativamente comunes en la ciudad, especialmente en zonas densamente pobladas. Sin embargo, el endurecimiento de las normas de seguridad había reducido notablemente estos episodios, hasta este trágico evento que reabre la preocupación sobre la seguridad estructural y la supervisión en obras de gran escala.
Fuente: Infobae