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Miles de personas se reunieron en el distrito de Tai Po, al norte de Hong Kong, para rendir homenaje a las víctimas del incendio que la semana pasada arrasó el complejo residencial Wang Fuk Court. La multitud, alineada a lo largo de más de un kilómetro, dejó flores en memoria de las 146 personas fallecidas y de las más de 40 que aún continúan desaparecidas.
El incendio, descrito como uno de los más mortales en la historia reciente de la ciudad, destruyó siete torres de apartamentos de 32 plantas que se encontraban en proceso de renovación. La policía informó que cinco de las torres afectadas quedaron completamente calcinadas. Las autoridades han detenido hasta ahora a 11 personas mientras avanzan las investigaciones sobre posibles responsabilidades en la tragedia.
El fuego se inició el miércoles por la tarde y, en cuestión de minutos, envolvió siete de los ocho edificios del complejo. Las estructuras estaban cubiertas con malla verde, andamios de bambú y capas de espuma aislante, materiales utilizados para las obras de renovación y que podrían haber contribuido a la rápida propagación de las llamas.
A pesar de las advertencias previas de los residentes, quienes en septiembre de 2024 manifestaron su preocupación por la inflamabilidad de la malla utilizada por los contratistas, la Oficina de Trabajo local había comunicado el año pasado que el riesgo de incendio era “relativamente bajo”. Sin embargo, esta evaluación está ahora bajo fuerte escrutinio mientras la ciudad exige respuestas claras y medidas de responsabilidad.