
En un giro histórico del conflicto en Gaza, los últimos 20 rehenes israelíes vivos en poder de Hamás fueron liberados este lunes, en dos grupos, dando paso a la liberación de casi 2.000 prisioneros palestinos por parte de Israel, según lo acordado en el alto el fuego mediado por Estados Unidos.
La liberación de los cautivos israelíes fue seguida por miles de personas desde la Plaza de los Rehenes en Tel Aviv, donde se celebró el retorno de los ciudadanos, mientras el presidente estadounidense Donald Trump, acompañado de su yerno Jared Kushner, su hija Ivanka Trump y el enviado especial Steve Witkoff, recibía ovaciones en la Knéset, el Parlamento israelí, durante su visita para supervisar el acuerdo.
Trump calificó el pacto como un “triunfo increíble para Israel y el mundo”, destacando la mediación de países árabes y describiéndolo como el inicio de un “nuevo Oriente Medio”, aunque aclaró que Hamás seguirá ejerciendo temporalmente el control sobre Gaza, sin un plazo definido para su desarme total.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reafirmó su compromiso con la paz y expresó la esperanza de avanzar en la normalización con los países árabes, aunque finalmente no asistirá a la cumbre sobre Gaza en Egipto, citando la proximidad del feriado judío de Simjat Torá.

En Ramala, los primeros prisioneros palestinos liberados por Israel llegaron a la plaza central, donde familiares y amigos los recibieron entre abrazos, pañuelos palestinos y gestos de victoria, en escenas de alegría que reflejan la dimensión humana del canje.
Este intercambio se produce en medio de una región devastada por más de dos años de conflicto, durante los cuales murieron más de 67.000 palestinos y miles quedaron desplazados, mientras el debate sobre el futuro de Gaza y el desarme de Hamás sigue siendo un asunto crítico.