
El jugador de los Dallas Cowboys, Marshawn Kneeland, fue hallado muerto en un aparente suicidio luego de una persecución policial ocurrida la noche del miércoles en la ciudad de Frisco, Texas, según informaron las autoridades locales este jueves. El deportista, de 24 años, se encontraba en su segunda temporada en la NFL con la franquicia texana.
Horas antes, el equipo había confirmado su fallecimiento a través de un comunicado, aunque sin ofrecer detalles sobre las circunstancias del hecho.
De acuerdo con el reporte de la policía de Frisco, Kneeland no acató la orden de detenerse en la carretera emitida por agentes de seguridad de Texas, lo que desató una persecución en la que participaron varias unidades. Poco después, el vehículo del jugador fue encontrado estrellado y vacío.
Las autoridades desplegaron drones y perros rastreadores para dar con su paradero. En la madrugada del jueves, el cuerpo de Kneeland fue localizado con una herida de bala presuntamente autoinfligida, según el informe oficial. Durante la persecución, los agentes recibieron reportes de que el joven atleta habría manifestado intenciones suicidas.
Seleccionado en la segunda ronda del Draft de 2024, Kneeland había disputado siete de los nueve partidos de la temporada con los Cowboys. Apenas el lunes anterior había celebrado su primer touchdown profesional tras bloquear una patada de despeje en el juego frente a los Arizona Cardinals (27-17).
“Marshawn era un compañero de equipo querido y miembro valioso de nuestra organización”, expresó el equipo en un comunicado.
La trágica noticia ha conmocionado al mundo del deporte estadounidense, donde compañeros y aficionados han expresado mensajes de pesar y solidaridad con la familia del jugador.