El Consejo Presidencial de Transición de Haití anunció nuevas medidas para frenar la escalada de violencia provocada por las pandillas, en respuesta a las masivas protestas ciudadanas que exigían mayor seguridad en el país.
Fritz Alphonse Jean, líder del consejo, reconoció la gravedad de la crisis y calificó la situación como "un infierno para todos". Sus declaraciones se produjeron un día después de que miles de manifestantes tomaran las calles de Puerto Príncipe, enfrentándose a la policía frente a las sedes del consejo y del primer ministro.
"El pueblo haitiano ha hablado y los hemos escuchado", aseguró Jean. "Somos conscientes del dolor y el sufrimiento que atraviesan".
Desde julio hasta febrero, más de 4,200 personas han sido asesinadas y al menos 1,356 resultaron heridas, según datos de la ONU. Además, la violencia de las pandillas ha provocado el desplazamiento forzado de más de 60,000 personas en solo un mes, de acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones.
Tensiones políticas y falta de unidad
El discurso de Jean coincidió con el primer aniversario del acuerdo político que dio origen al gobierno de transición. Sin embargo, la falta de cohesión entre los partidos que respaldaron inicialmente al consejo ha debilitado su liderazgo.
"Los grupos que antes apoyaban al gobierno ahora exigen un cambio de dirección", explicó Diego Da Rin, analista del International Crisis Group.
A pesar de las presiones, el consejo aún no ha respondido a las crecientes críticas de la comunidad internacional y de sectores políticos internos.
Durante su mensaje, Jean mencionó los barrios más afectados por la violencia y expresó su solidaridad con las víctimas.
"Han perdido sus hogares, sus negocios, sus empleos. Han sido víctimas de violencia extrema", dijo. "Nuestra lucha contra esta crisis es titánica, pero no somos insignificantes. Ya hemos superado desafíos históricos, y lo haremos nuevamente".