
1.- Las mujeres y los hombres que fuimos testigos del gran ascenso de la lucha política y social en América Latina y el Caribe, desde la década del 60 hasta la del 80, hoy estamos totalmente sorprendidos con el descenso que se ha operado.
2.- Nadie podía imaginarse que nuestra región sería lo que es hoy, convertida en un centro de dominio de los intereses monopolistas norteamericanos.
3.- Cómo pensar ayer que, en pleno siglo XXI, un gobernante de Estados Unidos hablaría de revivir la Doctrina Monroe. Aunque sea un absurdo, ahí tenemos hoy el monroeísmo.
4.- Cualquiera diría que es increíble o difícil de creer que desde los centros de poder de Washington se dictan sanciones que luego son ejecutadas por los mismos que las emitieron.
5.- Para los países caribeños y latinoamericanos, la época actual está caracterizada por la presencia de gobiernos incondicionales a la política de los grupos poderosos estadounidenses.
6.- Como la mayoría de los pueblos de la región está gobernada por personas simples o peleles, los negociantes de las guerras las manejan a su mejor conveniencia.
7.- Para cualquier demócrata sincero resulta algo inconcebible lo que el señor Donald Trump está llevando a cabo actualmente en el Caribe con sus agresiones militares.
8.- Lo peor de todo no son las actuaciones del señor Donald Trump, sino la manera como se comporta la mayoría de los gobernantes de América Latina y el Caribe.
9.- El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha sido el único que se ha manifestado contra los ataques impunes ejecutados por fuerzas militares norteamericanas en el Caribe y el Pacífico.
10.- Gustavo Petro, además, cuestiona que ningún mandatario de Latinoamérica haya llamado a otro ante los ataques de Estados Unidos contra lanchas supuestamente cargadas de drogas, que han dejado 82 personas muertas.
11.- El presidente Gustavo Petro, con toda razón, se queja porque sus colegas presidentes de por aquí, aunque nacieron con la lengua dentro de sus bocas, ahora no se sabe dónde la han metido para no decirle a Donald Trump lo que bien se merece por sus acciones guerreristas en el Caribe.
12.- Nada impide que el presidente de uno de nuestros países levante su voz como lo ha hecho el de Colombia de manera libre y muy responsable.
13.- A favor de la política guerrerista de Donald Trump está funcionando no solamente la sumisión de la mayoría de los gobiernos latinoamericanos y caribeños, sino también la inacción de las fuerzas democráticas y progresistas.
14.- El ambiente de agresión que ha creado el imperio de Occidente debe tener como respuesta amplia movilización popular; las masas convertidas en actoras de la lucha social y patriótica.
15.- Si los gobiernos de la región en su generalidad responden a los intereses monopolistas norteamericanos, lo que procede es convencer a las personas de dignidad, decoro y vergüenza de que se unan para que se imponga el deseo de liberación sin tutela de ninguna clase.
16.- Las condiciones actuales son adecuadas para que en cada uno de nuestros países se repitan aquellas grandes batallas políticas y sociales que mantenían a la ofensiva a las fuerzas de la liberación nacional y el progreso social.