
Grecia enfrenta una situación crítica debido a una decena de incendios forestales que azotan distintas zonas del país. Las autoridades han evacuado a más de 7,000 personas, mientras las llamas continúan consumiendo viviendas, negocios y vastas extensiones de bosque.
Las regiones más afectadas incluyen Ática, el Peloponeso y algunas islas, donde los equipos de bomberos, con apoyo aéreo y voluntarios, luchan contra los focos activos alimentados por altas temperaturas y fuertes vientos.
El fuego ha destruido decenas de casas y estructuras comerciales, obligando a comunidades enteras a abandonar sus hogares. Se han habilitado refugios temporales para los evacuados, mientras continúan las labores de contención.
El gobierno griego declaró estado de emergencia en varias zonas y solicitó ayuda internacional. Equipos de Francia, Italia, Rumanía y otros países europeos han sido desplegados para apoyar los esfuerzos de extinción.
En Turquía, la situación también es alarmante. Incendios forestales en la región del Egeo amenazan a la ciudad de Bursa, la cuarta más grande del país, generando evacuaciones preventivas y temor entre los residentes.
Las autoridades turcas han movilizado a miles de bomberos y medios aéreos, al tiempo que investigan si algunos de los incendios fueron provocados. El calor extremo, superior a los 40 °C, complica las labores de control.
Ambos países han experimentado veranos cada vez más secos y calurosos, lo que ha intensificado la frecuencia y magnitud de los incendios. Expertos advierten que el cambio climático está ampliando la temporada de riesgo y exigen mayores medidas de prevención.