El Grand Slam Track (GST), la liga de atletismo impulsada por el campeón olímpico Michael Johnson, se declaró en bancarrota bajo el Capítulo 11 en Estados Unidos, dejando en el limbo miles de dólares que todavía adeuda a los atletas, entre ellos los dominicanos Marileidy Paulino y Alexander Ogando.
La organización, que ya había pagado solo la mitad de los premios en octubre, admitió que no cuenta con liquidez para cumplir con sus compromisos económicos. También intentó negociar con suplidores ofreciendo pagar hasta el 50 % de sus facturas, propuesta que varios proveedores rechazaron.
En un comunicado, la liga aseguró que el proceso de reorganización busca “estabilizar sus finanzas” y rediseñar su modelo operativo para garantizar su continuidad. Aun así, la declaración pública de quiebra reveló un panorama crítico: menos de US$50,000 en activos, entre US$10 y 50 millones en pasivos, y hasta 999 acreedores involucrados.
El documento fue firmado por Johnson y altos ejecutivos de la compañía.

Aunque Grand Slam ha reducido personal, no ha despedido a toda la plantilla, según fuentes citadas por Front Office Sports. La liga anunció la noticia en redes sociales, evitando mencionar directamente el término “bancarrota” y refiriéndose al proceso como un “reajuste necesario”.
Paulino tiene pendientes US$230,000 por sus actuaciones en Miami, Filadelfia y Kingston, mientras que Ogando debía recibir US$150,000 por sus podios en Filadelfia y Miami.
Sin embargo, la situación podría agravarse. De acuerdo con The Times, bajo la Sección 547 del Código de Bancarrota de EE. UU., el administrador del proceso puede exigir la devolución de cualquier pago realizado por la liga en los 90 días previos a la declaración. Esto implicaría que los atletas no solo dejarían de cobrar lo adeudado, sino que también podrían verse obligados a devolver lo ya recibido.