
El presidente de la República, Luis Abinader, dispuso el traslado de los restos de Ambrosia Ercilia Pepín Estrella y Juan Rodríguez García (Juancito Rodríguez) al Panteón de la Patria, a través de los decretos 282-25 y 289-25, emitidos el 27 y 30 de mayo pasados, respectivamente.
Las órdenes también contemplan la creación de una comisión oficial para que se organicen, en cada caso, los actos correspondientes para el traslado al Panteón Nacional de los restos mortales de ambos personajes históricos.
De acuerdo a los detalles ofrecidos, en el caso de Ercilia Pepín, la comisión estará presidida por la ministra de la Mujer e integrada por el presidente de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, el presidente de la Academia Dominicana de Historia, el director del Archivo General de la Nación, y representantes del Ministerio de Cultura, del Ministerio de Defensa, del Ministerio de Educación, de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y de la Asociación Dominicana de Universidades (ADOU).
La comisión encargada del traslado de Juancito Rodríguez estará conformada por el ministro de Cultura, quien la presidirá, el presidente de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, el presidente de la Academia Dominicana de la Historia, el director del Archivo General de la Nación, y representantes del Ministerio de Interior y Policía, del Ministerio de Defensa, de la UASD y de la ADOU.
Se recuerda que la Ley 4463 faculta al Poder Ejecutivo para, "cuando lo considere oportuno", disponer el traslado al Panteón de la Patria de los restos de dominicanos y dominicanas ilustres.
Nacida en Santiago de los Caballeros en 1886, Ercilia Pepín fue una figura clave en la educación dominicana, la primera mujer dominicana en recibir el título de maestra. Además de su labor como educadora, se destacó por su activismo en defensa de los derechos de las mujeres y la soberanía nacional.
Fue un destacado líder antitruillista dominicano y héroe nacional, terrateniente y empresario mocano que se opuso a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. Fue diputado y senador de la República. Asumió la causa antitrujillista al ver los abusos del régimen.
Vendió su ganado, se exilió en Cuba en 1946 y, desde donde financió la expedición de Cayo Confite en 1947, la de Luperón en 1949 y apoyó la expedición del 14 de junio de 1959, donde murió su hijo primogénito, José Horacio Rodríguez. Murió en el exilio en La Habana, Cuba, en 1960.