El gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) y el grupo rebelde M23 anunciaron este miércoles un acuerdo para cesar los combates en la región oriental del país, con el objetivo de avanzar hacia una tregua permanente.
El este de la República Democrática del Congo (RDC) ha sido escenario de enfrentamientos durante más de 30 años, los cuales se han intensificado en los últimos meses con el avance del M23 hacia las ciudades de Goma y Bukavu, situadas en la frontera con Ruanda. Kinshasa acusa a este país vecino de apoyar militarmente al M23, aunque Ruanda niega las acusaciones y denuncia la presencia de grupos armados hostiles en territorio congoleño.
El acuerdo se alcanzó tras negociaciones mediadas por Catar, un país que mantiene lazos de cooperación con ambas naciones. La tregua, anunciada en la televisión nacional congoleña y también por voceros del M23, establece un “cese inmediato de las hostilidades” que se mantendrá mientras duren las conversaciones entre las partes.
Aunque desde el resurgimiento del conflicto en 2021 se han pactado varios altos el fuego sin éxito, ambas partes reafirmaron esta vez su disposición a trabajar por una solución definitiva.
La región oriental de la RDC, rica en minerales y recursos naturales, continúa siendo un punto de tensión debido a los intereses cruzados que surgieron tras el genocidio de Ruanda en 1994. El gobierno congoleño acusa a Ruanda de utilizar al M23, liderado por tutsis, para explotar los recursos de la zona. Por su parte, Ruanda sostiene que la RDC protege a milicias hutus responsables del genocidio contra los tutsis.
El presidente congoleño, Félix Tshisekedi, había mostrado renuencia a dialogar directamente con los rebeldes, pero el agravamiento del conflicto y la presión diplomática internacional dieron lugar a este nuevo intento de paz.
La comunidad internacional observa con cautela este proceso, a la espera de que esta tregua marque un punto de inflexión en uno de los conflictos más prolongados y complejos del continente africano.