El ghosting, término que describe la desaparición repentina e inexplicada de una persona en una relación amorosa o de amistad, se ha convertido en una de las experiencias emocionales más dolorosas de la era digital.
En un tiempo donde basta dejar de responder mensajes para cortar el contacto, los especialistas advierten que este fenómeno puede causar un impacto psicológico más profundo que una ruptura tradicional.
La falta de respuesta genera confusión, ansiedad y una búsqueda constante de explicaciones.
Según la psicóloga clínica Patrice N. Douglas, quienes aplican el ghosting suelen hacerlo para evitar la incomodidad de una conversación difícil.
“Algunos simplemente no quieren lidiar con la ansiedad, la molestia o la conversación real de terminar una relación”, explica Douglas.
Este tipo de ruptura silenciosa deja un vacío que la mente intenta llenar con suposiciones, lo que incrementa el sufrimiento emocional. Los expertos sugieren que, si la relación lo permite, puede ser saludable intentar una última comunicación para buscar claridad.
La psicóloga Nelly Seo, del grupo Therapists of New York, recomienda no asumir el ghosting como un reflejo del propio valor, sino como una limitación de la otra persona.
“El ghosting suele ocurrir cuando alguien es incapaz de expresar directamente lo que siente”, señala Seo.
Este enfoque ayuda a liberar la culpa y a entender que el silencio no define la valía personal, sino la incapacidad del otro para comunicarse de forma emocionalmente madura.
Durante la recuperación, una de las tareas más difíciles es controlar los pensamientos negativos.
La terapeuta Natalie Moore advierte que el ghosting puede provocar ideas autocríticas como “no soy suficiente” o “no merezco amor”.
Para contrarrestarlo, recomienda examinar los hechos con objetividad y reemplazar esos pensamientos con afirmaciones más realistas y compasivas.
Entre las estrategias prácticas, los expertos sugieren:
En última instancia, superar el ghosting implica reconocer el propio valor, practicar el autocuidado emocional y aprender a no buscar explicaciones donde solo hay silencio.