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Toffee era una gata callejera en Emiratos Árabes Unidos y la vida no le sonreía mucho. Un día, un coche la atropelló y se quedó parapléjica, sin poder utilizar sus patas traseras. Sin embargo, sus ganas de vivir prevalecieron sobre las desgracias que le deparó el destino, y la felina terminó en manos de rescatistas locales de la organización Animals and Me.
Fue entonces cuando una pareja que residía en Dubái decidió adoptarla. Ahora, Toffee vive en Canadá y, según sus nuevos dueños, es "la más feliz" de los felinos. Nadine Alliye comentó a la revista People que sabían que cuidar de Toffee sería un trabajo a tiempo completo, y aun así no dudaron en adoptarla junto con otra gata, Bliss.
Si bien en el aeropuerto la gente se entristecía al ver a la gata discapacitada, Toffee, en realidad, "es la gata más feliz", asegura Alliye. "He tenido muchas mascotas en mi vida. Ella es la que me da más problemas, la que es la más juguetona, la que intenta huir todo el tiempo", insiste.
La mujer también confesó que en la veterinaria le aconsejaron sacrificarla. "Sé que no siente dolor alguno, pero esto es un lío", recordó Alliye sobre lo que le dijeron en aquella consulta. "Y pensé: '¿En serio? Ni siquiera vives con ella'. Yo sí vivo con ella. Ella no duerme. Todo lo que quiere es jugar".
A pesar de su lesión, Toffee es extremadamente activa y disfruta correr por los túneles instalados en su nuevo apartamento canadiense. También disfruta de salidas de 30 a 40 minutos al aire libre que le permite su dueña. Una vez, incluso se quitó el collar y se escondió en un corral con pollitos, lo que le causó a su dueña un dolor de cabeza durante los 40 minutos que duró la búsqueda.
Toffee lleva pañales que le quitan mientras Alliye se alista para ir al trabajo y necesita asistencia para ir al baño por la mañana y por la noche. Ya ha descartado la idea de moverse en silla de ruedas. A pesar de todos los inconvenientes, la pareja cree que adoptarla junto con Bliss fue la decisión que cambió sus vidas para bien.