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Con más de 15 años de labor ininterrumpida, la Fundación La Merced continúa su compromiso de transformar la vida de niños en situación de calle y víctimas del trabajo infantil, en el municipio de Santo Domingo Oeste.
Su director, Alberto Jiménez Caballero, explicó que la organización nació del corazón de la comunidad parroquial de Las Caobas, específicamente de la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe, con el propósito de ofrecer una alternativa digna a los menores que se ven obligados a trabajar en las calles.
“Ofrecerles oportunidades de que no estén en la calle trabajando y tengan espacio donde compartir, jugar. Que tengan espacio de educación, alimentación, a partir de ahí es que nace la fundación”, dijo Jiménez Caballero, durante una entrevista en El Sol de la Mañana del Grupo RCC Media.
Según relató, uno de los momentos clave en el origen de la fundación fue la llegada del misionero español Tomás García, quien, junto a la comunidad pastoral, comenzó a identificar a los niños que merodeaban la zona en busca de sustento.
“En su momento, con la llegada de un misionero español, el padre Tomás García, y la comunidad pastoral de la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe pues se movilizan para ir identificando esos niños que estaban en torno a la parroquia. Entonces entrar en contacto con ellos y ofrecerles esos espacios que puedan alimentarse porque sabemos que son niños con mucha carencia”, dijo Caballero.
La metodología de trabajo de La Merced parte de un proceso de acercamiento: primero se identifica a los niños en situación de vulnerabilidad y luego se establece contacto con sus familias.
Caballero explicó que el siguiente paso es “conocer a las familias y hablarle de la Fundación e invitarle a participar en los programas que tiene”.
Además, resaltó que "somos un puente entre la comunidad y esos niños que están en extrema vulnerabilidad o en riesgo de incurrir en trabajo infantil y los acompañamos y hacemos las gestiones con el Ministerio de Educación para que se escolaricen".
A lo largo de los años, la Fundación La Merced se ha consolidado como un espacio de protección, educación y desarrollo integral, brindando esperanza a cientos de niños y niñas que han encontrado en ella una nueva oportunidad de vida.