x
Pacientes provenientes de distintos barrios de la ciudad de Santiago denunciaron frente al Instituto Oncológico Regional, que la administración del centro incrementa los costos de los servicios y privatiza el uso de habitaciones, lo que obliga a quienes no pueden pagar a recibir sus tratamientos de quimioterapia en sillas y en pasillos.
Con pancartas en mano, las manifestantes expresaron que la institución es un patrimonio del pueblo de Santiago, no un centro privado al servicio de quienes actualmente la dirigen.
“El Oncológico pertenece al pueblo, no a un grupito. Ahora tenemos a un ingeniero dirigiendo, que saca a buenos médicos si lo contradicen, porque él cree que esa entidad es de su propiedad”, declaró la señora Katty Ramos, familiar de una paciente con cáncer uterino.
“Queremos a nuestros médicos, porque el cáncer, cuando duele, es para matar. Queremos a los médicos que salvan vidas. Cuando llegué a este centro, el doctor Vila me salvó la vida”, afirmó visiblemente afectada otra dama protestante.
Por su parte, doña Altagracia García sostuvo que el Instituto Oncológico de Santiago “es un hospital de pobres”, y calificó como un abuso el aumento en el costo de las consultas y el cobro por el uso de habitaciones, lo que, según dijo, representa una deshumanización de la medicina.
“Están manejando ese instituto como si fuera una clínica para ricos, y la esencia del Oncológico, desde hace 60 años, ha sido asistir a los pacientes con cáncer de escasos recursos”, sentenció.
El Instituto Oncológico de Santiago es una organización sin fines de lucro con más de seis décadas ofreciendo servicios médicos especializados a pacientes diagnosticados con cáncer.
Sin embargo, denunciaron que en el último año ha cambiado su enfoque, ampliando su cartera de servicios a costa de reducir la calidad en la atención, lo que ha resultado en condiciones inadecuadas para los tratamientos.
Según los denunciantes, ahora muchos pacientes reciben la quimioterapia en sillas o incluso en pasillos, expuestos a situaciones indignas y riesgosas para su salud.
También se acusa a la actual gestión de incurrir en nepotismo, intentar privatizar los servicios y aplicar cobros abusivos por el uso de habitaciones.
Como parte de las medidas que consideran inhumanas, varios médicos han expresado su inconformidad, y como respuesta han sido desvinculados de la institución, incluyendo al doctor Juan Vila, jefe del servicio de cirugía, quien trabajó en el centro durante más de 25 años.
Ante esta situación, la comunidad santiaguera hace un llamado al Ministerio de Salud Pública para que intervenga el centro, y al Ministerio Público para que investigue las denuncias sobre la gestión actual del Instituto Oncológico.