
El primera base de los Dodgers, Freddie Freeman, anunció una donación de un millón de dólares al Hospital Infantil del Condado de Orange (CHOC), en agradecimiento por la atención que recibió su hijo Maximus, diagnosticado el año pasado con el síndrome de Guillain-Barré, una rara enfermedad neurológica.
El jugador y su esposa, Chelsea, vivieron momentos de angustia cuando su hijo de tres años fue ingresado de urgencia tras presentar parálisis progresiva. Maximus tuvo que ser conectado a un respirador y alimentado por sonda, pero gracias al tratamiento recibido en el CHOC, logró recuperarse y regresar a casa.
Freeman expresó que la experiencia cambió su perspectiva de vida. “CHOC salvó la vida de Maximus. Ver el trabajo incansable de médicos y enfermeras nos conmovió profundamente”, dijo a ESPN.
A pesar de haber protagonizado momentos históricos con los Dodgers, como un grand slam en la Serie Mundial, el pelotero aseguró que nada en el béisbol se compara con lo vivido como padre. “Con gusto fallaría en el Juego 7 de la Serie Mundial 300 millones de veces antes que volver a ver a mi hijo en esa situación”, afirmó.