Florida ejecutó este martes a Michael Bell, un hombre de 54 años condenado por el asesinato de dos personas en 1993 en Jacksonville. La ejecución, realizada mediante inyección letal a las 6:25 p. m. en la Prisión Estatal cerca de Starke, iguala el récord anual del estado con ocho ejecuciones en lo que va de 2025.
Bell fue sentenciado a muerte en 1995 tras matar a dos personas que confundió con los supuestos responsables del asesinato de su hermano, ocurrido a principios de ese mismo año. El crimen tuvo lugar a las afueras de un bar en Jacksonville.
Con esta ejecución, Florida iguala los registros de 1984 y 2014. Sin embargo, se prevé que esa cifra sea superada el próximo 31 de julio, cuando está programada la ejecución de otro condenado por homicidio.
El repunte de ejecuciones en el estado ha generado reacciones críticas de líderes religiosos y defensores de derechos humanos. En una carta reciente dirigida al gobernador Ron DeSantis, solicitaron el fin de lo que califican como una “ola de ejecuciones” promovida por la actual administración.
Desde que la Corte Suprema restableció la pena de muerte en Estados Unidos en 1976, Florida ha ejecutado a 113 personas, ocupando el tercer lugar nacional después de Texas (595) y Oklahoma (129).
Además, Florida ha flexibilizado en los últimos años las condiciones para aplicar la pena capital. Una ley aprobada en 2023 permite dictar esta condena con el voto de solo ocho de los doce miembros del jurado, una medida compartida únicamente con Alabama.
La ejecución de Bell forma parte de una política de endurecimiento penal en Florida, que ha sido motivo de debate dentro y fuera del estado.