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El exsenador demócrata Bob Menéndez se entregó este martes en una prisión federal de Pennsylvania para comenzar a cumplir una condena de 11 años por cargos de corrupción y soborno.
Menéndez, de 71 años, ha sido descrito por su abogado como víctima de una “sentencia de vida o muerte” debido a su edad. El exsenador intentó obtener sin éxito un indulto presidencial.
Asimismo, fue el senador con más tiempo en funciones por Nueva Jersey y presidió la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. En julio, fue declarado culpable de haber participado en una trama de sobornos que benefició tanto a él como a su esposa, Nadine Menéndez, con una gran cantidad de dinero en efectivo y lingotes de oro por valor de cientos de miles de dólares.
Los cargos por los que fue condenado incluyen extorsión, conspiración, obstrucción a la justicia y actuar como agente de un gobierno extranjero en Egipto.
Su esposa, Nadine Menéndez, fue juzgada por separado y su sentencia está prevista para septiembre. El juicio se postergó para permitirle recibir tratamiento contra el cáncer. A Bob Menéndez se le permitió retrasar su entrega a prisión para poder apoyarla durante el proceso.
El exsenador también solicitó a un tribunal de apelación permanecer en libertad mientras recurría su condena, pero la petición fue rechazada la semana pasada por el Tribunal de Apelación del Segundo Circuito de Estados Unidos.
A lo largo de estos meses, aliados de Menéndez han gestionado ante Donald Trump un posible indulto o conmutación de la pena, sin éxito. Aunque Trump ha otorgado indultos en casos de corrupción pública desde que asumió el cargo en enero, estos han beneficiado principalmente a personas que le han mostrado apoyo abiertamente.
Cabe recordar que Menéndez fue un crítico vocal de Trump durante su primer mandato y votó en su contra en los dos impeachments o juicios políticos.
Desde que fue condenado, Menéndez ha adoptado parte del discurso utilizado por Trump frente al Departamento de Justicia, denunciando que es víctima de una “cacería de brujas” con motivaciones políticas y asegurando que el Departamento fue utilizado como arma en su contra.
El exsenador cumplirá su condena en la Institución Correccional Federal de Schuylkill, una prisión de seguridad media que cuenta con un campo de seguridad mínima adjunto.