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El estado de salud del papa Francisco continúa evolucionando favorablemente, aunque su recuperación tras la neumonía bilateral sigue requiriendo tiempo y cuidados. Desde su ingreso en el hospital Gemelli de Roma el pasado 14 de febrero, el pontífice ha mostrado signos de mejoría, lo que ha permitido prescindir de la ventilación mecánica nocturna. Sin embargo, su salida del hospital aún no tiene fecha definida y, una vez reciba el alta, deberá guardar un período prolongado de reposo en la Casa Santa Marta.
Ante esta situación, el Vaticano se encuentra valorando opciones para la celebración de la Semana Santa, dado que la presencia del papa en los ritos tradicionales sigue siendo incierta. Aunque la Santa Sede no ha tomado una decisión definitiva, se manejan diversas alternativas en caso de que Francisco no pueda presidir las ceremonias.
Las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa, que comienzan el 13 de abril con el Domingo de Ramos y culminan el 21 de abril con la misa de Pascua y la bendición Urbi et Orbi, representan uno de los momentos más importantes del calendario católico. En este contexto, se baraja la posibilidad de que cardenales de alto rango asuman la conducción de los eventos en representación del papa, un esquema similar al implementado en 2005 durante la convalecencia de Juan Pablo II.
Por ahora, el Vaticano insiste en que cualquier escenario alternativo es solo una hipótesis, y se espera que en los próximos días haya más claridad sobre la evolución del estado de salud del pontífice y su eventual participación en las celebraciones pascuales.
