El robo de cableado de cobre en cinco puntos estratégicos de la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla, ocurrido en la provincia de Toledo, provocó graves interrupciones en el tráfico ferroviario en el sur de España, afectando a más de 10,000 pasajeros y al menos 30 trenes.
El Ministerio del Interior calificó el incidente como un posible "acto de sabotaje", y la Guardia Civil ha iniciado una investigación para identificar a los responsables. El ministro de Transportes, Óscar Puente, respaldó esta versión al señalar que se trató de una acción coordinada y deliberada.
Las afectaciones también impactaron las rutas hacia Málaga, Granada y Valencia, con retrasos de hasta diez horas. Aunque el tráfico comenzó a normalizarse este lunes, las consecuencias han generado críticas políticas, especialmente desde la oposición, que denuncia fallos en la gestión de la infraestructura ferroviaria.
El incidente ocurre apenas una semana después de un apagón masivo que ya había provocado el colapso del sistema ferroviario en todo el país.