
España ha encendido todas las alarmas sanitarias tras la detección de un brote de peste porcina africana (PPA) en Cataluña, el primero registrado en el país en tres décadas. El hallazgo tuvo lugar en el parque natural de Collserola, en Barcelona, donde varios jabalíes salvajes dieron positivo a la enfermedad.
El consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno catalán, Óscar Ordeig, aseguró que, pese a la gravedad de la situación, las 39 granjas porcinas situadas en la zona cercana al epicentro han dado resultados negativos en todos los análisis realizados hasta el momento.
Este lunes se inició el despliegue de efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME), especializados en control cinegético, con el objetivo de capturar jabalíes dentro del perímetro de seguridad establecido. Como medida adicional, las autoridades mantienen cerrado el acceso a los primeros seis kilómetros de la zona afectada, ampliando la vigilancia a un radio de veinte kilómetros y suspendiendo todas las actividades de ocio organizadas en el Parque de Collserola.
Hasta ahora, se han encontrado los cadáveres de al menos 14 jabalíes que podrían haber sido víctimas del virus. Dos de ellos ya han sido confirmados como positivos, mientras se esperan los resultados de los demás ejemplares.
Aunque la PPA no supone un riesgo para los humanos, es altamente contagiosa para los cerdos y puede ocasionar la muerte de toda una explotación en cuestión de días. Por el momento, el origen del brote continúa bajo investigación, aunque se sospecha de una posible introducción desde otros países europeos.
España, que es el mayor productor de carne porcina de la Unión Europea y el tercero a nivel mundial, enfrenta ya las primeras repercusiones económicas. Países como México, Taiwán y Japón han anunciado restricciones a la importación de carne de cerdo española.