Durante el US Open 2024, la Asociación de Tenis de Estados Unidos (USTA) lanzó una campaña que proclamaba al tenis como “el deporte más saludable del mundo”. El lema, repetido en transmisiones televisivas y en el Arthur Ashe Stadium, generó debate sobre su veracidad y los alcances reales de esta afirmación, según The Time.

La frase captó la atención del público y motivó a muchos a retomar la raqueta, pero también abrió interrogantes: ¿qué tan sólida es la evidencia y qué tan precisa es la afirmación? Para algunos especialistas, la campaña simplifica un tema más complejo.
La USTA respalda su campaña con dos investigaciones clave. La primera, publicada en JAMA Network Open con datos de más de 270.000 adultos, encontró que quienes practican deportes de raqueta presentan una menor mortalidad general y cardiovascular, superando actividades como natación o ciclismo.

El segundo estudio, publicado en Mayo Clinic Proceedings, siguió durante casi 25 años a más de 8.500 adultos en Copenhague. Allí, quienes jugaban tenis ganaron casi 10 años adicionales de esperanza de vida respecto a personas sedentarias. Otras disciplinas —bádminton (6,2 años), fútbol (4,7), ciclismo (3,7), natación (3,4), calistenia (3,1) y gimnasio (1,5)— no alcanzaron las cifras del tenis.
Expertos citados por The Time reconocen los beneficios del tenis, pero advierten que la afirmación de la USTA no refleja todos los matices. Amy Chan Hyung Kim, profesora asociada de la Universidad Estatal de Florida, coincide en gran parte con el mensaje, aunque recuerda que el deporte puede generar lesiones y agotamiento tanto en aficionados como en profesionales.
El presidente de la USTA, Brian Hainline, sostiene que los estudios proporcionan un respaldo sólido: “Se ha demostrado inequívocamente que el tenis mejora la esperanza de vida más que cualquier otro deporte estudiado”. Sin embargo, admite que la campaña simplifica una realidad más compleja.

James O’Keefe, cardiólogo y autor del estudio danés, también considera que “el tenis cuenta con datos más fiables que cualquier otro deporte”. A su vez, Jack Groppel —expresidente del comité nacional de ciencias del deporte de la USTA— destaca su equilibrio único: “Cuando sumas todo… es difícil debatir en contra del tenis”.
A pesar de los sólidos resultados, los estudios reconocen limitaciones metodológicas. Algunos deportes relevantes no fueron evaluados, y en ciertos casos —como el estudio británico en el que squash y bádminton se agruparon con el tenis— resulta difícil separar el impacto individual de cada disciplina.
Tampoco se incluyeron actividades con un fuerte componente social, como el baloncesto. O’Keefe recuerda que “el apoyo social es el principal predictor de muchos resultados de salud, incluida la esperanza de vida”, lo que sugiere que deportes en equipo u otras modalidades pueden ofrecer beneficios comparables.

El auge del pickleball en 2025 también entra en juego. Su popularidad llevó a la USTA a reforzar el posicionamiento del tenis. Hainline reconoce que esta tendencia influyó en la estrategia de comunicación, mientras que O’Keefe cree que el pickleball “probablemente ofrece beneficios similares”, gracias a su dimensión social.
Sin tecnología de monitoreo en tiempo real ni comunicación por radio, el tenis destaca por su combinación de ejercicio físico, estimulación mental y vida social.

Más allá de los datos científicos, es un deporte que genera placer, bienestar y sentido de comunidad. Esta mezcla —salud cardiovascular, longevidad y sociabilidad— ayuda a explicar por qué el tenis continúa siendo una de las disciplinas más completas y atractivas en 2025.
Fuente: Infobae.