
El son cubano fue incorporado este miércoles a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por el Comité del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, a propuesta del Gobierno de La Habana. Con la decisión, el organismo internacional reconoce al género como un pilar histórico de la música tradicional bailable de Cuba y como un símbolo de más de un siglo de mestizaje artístico.
Sonia Virgen Pérez, presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural de Cuba, celebró la decisión desde la India, donde sesiona el Comité. “Este reconocimiento honra la creatividad, la memoria colectiva y la vitalidad de nuestras comunidades, en momentos tan difíciles para nuestro país”, afirmó, aludiendo también al incremento del bloqueo estadounidense.

La Unesco destacó que el son constituye una expresión musical que ha marcado profundamente la identidad cultural de la isla y que continúa viva en fiestas, celebraciones y espacios comunitarios de todo el país. Con raíces que se remontan al siglo XIX, el género fusiona la tradición lírica española con la percusión africana, una síntesis que se refleja en su interpretación y en sus letras.
Uno de sus ejemplos más emblemáticos es “Chan Chan”, del legendario Compay Segundo, cuyos versos evocan un recorrido por localidades del oriente cubano —Alto Cedro, Marcané, Cueto y Mayarí—, región donde el son floreció inicialmente en comunidades negras antes de expandirse hacia La Habana a inicios del siglo XX.
En su postulación, Cuba subrayó la riqueza y diversidad del son, resultado de la memoria cultural y la transculturación que caracteriza al país. Además de incorporar instrumentos de percusión de origen africano, el género se distingue por el sonido del tres cubano, guitarra de tres pares de cuerdas que define su identidad sonora.
El son ha trascendido fronteras con clásicos que forman parte del repertorio universal, como “Lágrimas negras”, “El cuarto de Tula”, “Son de la loma” y “Échale Salsita”, piezas que han llevado la música y el espíritu cubano a escenarios de todo el mundo.