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El príncipe Harry contempló legalmente adoptar el apellido Spencer, perteneciente a su madre, la fallecida princesa Diana, como forma de distanciarse simbólicamente de la familia real británica, según reportó el Daily Mail.
La propuesta fue discutida con su tío materno, Charles Spencer, quien le habría desaconsejado el cambio para evitar un quiebre mayor con su padre, el rey Carlos III, y su hermano, el príncipe William. La conversación habría tenido lugar durante una visita de Harry al Reino Unido.
El apellido actual del duque de Sussex, Mountbatten-Windsor, representa la unión dinástica de la reina Isabel II y el príncipe Felipe. Abandonarlo habría significado un gesto de ruptura formal con la casa real.
Los hijos de Harry y Meghan, Archie y Lilibet, también llevan ese apellido en sus registros oficiales. De haberse concretado el cambio, los nombres legales de los niños podrían haber sido modificados.
La discusión sobre los apellidos refleja las tensiones entre la tradición monárquica y la afirmación personal en el entorno del príncipe y su familia, quienes desde 2020 se han alejado de la vida institucional del Palacio de Buckingham.