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Convertir el cepillado en un hábito nocturno puede marcar la diferencia en la salud del cabello. Aunque parece un gesto sencillo, realizarlo cada noche antes de dormir ayuda a reducir el frizz, evitar la rotura y lograr más días de “buen pelo”.
En tiempos de tratamientos capilares sofisticados y costosos, los expertos recuerdan que un cepillado respetuoso sigue siendo uno de los mejores cuidados.
Según la doctora Alba Gómez, directora de la unidad de tricología del Instituto Médico Ricart, lo ideal es hacerlo en seco, de forma suave y comenzando siempre desde las puntas. Este hábito, además, distribuye los aceites naturales del cuero cabelludo y disminuye la fricción con la almohada.
La dermatóloga Claudia Bernárdez advierte que, aunque el cepillado nocturno no estimula el crecimiento del cabello, sí previene enredos y protege la fibra capilar. Para potenciar sus efectos, recomienda aplicar antes unas gotas de aceite, sérum o acondicionador ligero, y limpiar el cepillo una vez por semana con agua templada y jabón suave.
Peinar el cabello antes de dormir, con entre 10 y 20 pasadas según aconsejan estilistas como Philip B, no solo es un gesto antiguo, sino también un hábito sencillo que puede mejorar la apariencia y salud del pelo de manera notable.