
Las consecuencias del cambio climático se intensifican año tras año. Un nuevo informe de The Lancet Countdown on Health and Climate Change advierte que las muertes vinculadas al calor extremo y a la contaminación del aire aumentaron un 23% desde la década de 1990, dejando 546,000 víctimas anuales en todo el mundo.
Además del impacto del calor, el estudio señala que la contaminación atmosférica causada por incendios forestales provocó 154,000 muertes solo en 2024, la cifra más alta registrada hasta la fecha.
Asimismo, se calcula que otros 2.5 millones de decesos cada año se deben a la quema de combustibles fósiles como el carbón y la gasolina.

El informe revela que 2024 fue el año más caluroso jamás registrado, con un promedio de 16 días adicionales de calor extremo por persona.
Las olas de calor y las sequías prolongadas también afectan la producción de alimentos.
En 2023, 123 millones de personas adicionales sufrieron inseguridad alimentaria moderada o grave debido al fracaso de las cosechas.

Solo en Estados Unidos, el 31% del territorio experimentó al menos un mes de sequía extrema por año entre 2020 y 2024, un aumento del 28% respecto a los años 50.
Pese a las advertencias científicas, la industria energética continúa impulsando la producción de combustibles fósiles.
Las 100 principales compañías petroleras y gasíferas aumentaron su producción proyectada para 2025, mientras que los 40 mayores bancos del sector invirtieron 611 mil millones de dólares en 2024, un 29% más que el año anterior.

El informe concluye que, si la dependencia de los combustibles fósiles continúa, los sistemas de salud, la infraestructura de enfriamiento y la capacidad de respuesta ante desastres podrían colapsar, amenazando directamente la vida de los 8 mil millones de habitantes del planeta.
Fuente: Infobae